martes, 25 de diciembre de 2012

Tal día de Navidad como hoy me estaba aburriendo de una manera inconmensurable y por algún motivo que desconozco me he puesto a buscar anuncios de mi infancia y adolescencia.
Aquí van unos pocos de ellos que he seleccionado:

















No tienen desperdicio. Si teneis un rato os recomiendo mil que les echeis un vistazo.





BdF.



sábado, 11 de agosto de 2012

Hacía mucho que no me paraba a coger el teclado del ordenador y a ponerme a escribir. Es como si la escritura a modo de "medicina" ya no me hiciera falta. Pero aún así me he pasado todo el viaje de Estados Unidos escribiendo un pequeño diario de viaje. Podría decirse que era básicamente eso. La arquitectura casi no me deja tiempo ni para pensar en mi. Es como dedicarse en cuerpo y alma a algo. Al principio yo no sabía de que iba la cosa ni en que me metía. No se si habiendo sabido me habría arriesgado a perder tanto, a renunciar a prácticamente todo. Y luego me llamáis exagerada, pero es que es "pretty much my life". Y al gente que he conocido allí también, por supuesto. Pasamos demasiadas horas juntos y conectados como para no serlo.
En fin, al final he acabado como siempre escribiendo una entrada con poco sentido y yéndome por las ramas. Pero bueno, al menos es una entrada, que nunca están de más.

sábado, 9 de junio de 2012

Yo creo que es como la pregunta más dificil que me han hecho en lo que llevo de vida. Ni en que año se descubrió América, ni quien inventó la imprenta. Nada. "Pero tú... ¿le sigues queriendo?". ¡JA! Es buena esa. Además, no creo que "querer" sea la palabra más adecuada. Echar de menos. Pensar en él (he de deciros que me sorprendo a mi misma cuando pasan días y no ha aparecido por mi cabeza). Mucho mejor. No se, hace tanto que no nos vemos que casi ni me acuerdo de su cara (mentira). No es un tenecesitoenmividacomopareja, si no que es más un simple tenecesitoenmivida. Como si faltara algo, ya sabéis. Como si no encajara el pensamiento ese de que no vas a estar por aquí nunca más.
Pero bueno, "People change, friends leave and life doesn't stop for anybody". Así son las cosas.

jueves, 7 de junio de 2012

El sendero estaba mojado debido a la lluvia. Recorrí el camino hastal la puerta de la mansión sorteando charcos. Aun llevaba puestas las chanclas y el traje de baño. Llevaba el pelo humedo recogido en una coleta y la unica prenda que me aislaba del frio era un vestido color rosa pálido. El enorme caserón con aspecto abandonado me esperaba como única guarida para protegerme de la lluvia. Me acerqué al buzón que había junto a la puerta de entrada y pude ver que se había abierto hacía relativamente poco tiempo. Saqué un manojo de llaves de mi bolsa y con la más pequeña abrí la diminuta cerradura. Metí la mano en el interior y busqué a tientas el correo. Algo me pinchó en el dedo indice. Retiré la mano instintivamente y me agaché para comprobar con qué me había herido. Perpleja, me di cuenta de que la causa de que brotaran diminutas gotas de sangre de mi dedo era una de las espinas de una perfecta rosa de color blanco. La saqué con cuidado de no pincharme de nuevo y la observé. Él había vuelto. Y había llegado el momento que yo tanto había estado esperando. Me encontré la puerta de entrada entreabierta. Mi respiración, que antes era agitada, iba relajandose poco a poco. El único sonido que se podía apreciar eran las gotas cayendo en el exterior. Recorrí el caserón despacio, sin necesidad de apresurarme, porque ya sabía lo que iba a venir a continuación. A medida que me internaba en la casa, el sonido de la lluvia iba apagandose, dejando paso a los latidos de mi corazón. Entré en el salón principal y me di la vuelta. Ahí estaba él, como ya había supuesto. Llevaba puesta una camiseta blanca que le marcaba los abdominales y unos vaqueros desgastados. Completaba su atuendo con unas deportivas. El pelo moreno le resaltaba su piel marmorea. Como siempre, una extraña sonrisa en los labios, la cual a la vez adoraba y me hacía sentir escalofrios. Se acercó a mi. A cada paso que daba notaba, más y más, como el final de todo esto estaba cerca. Cuando estuvo frente a mi, tan cerca que mi nariz podía rozar la suya, su sonrisa se hizo más amplia.
-Estás incluso más guapa que la última vez.- Pasó su mano por detrás de mi espalda. Todo lo que llevaba en las manos se me cayó provocando un gran estruendo. Acercó sus labios a los mios y me besó. De una forma dulce y apasionada, tal y como lo recordaba. Se apartó un poco de mi sin soltarme.
- Y mis besos siguen provocando en tí el mismo efecto, por lo que veo.
Suspiré. Tenía razón. A pesar de todo, seguía sintiendo una ernorme atracción por él.
-Bueno, creo que ya sabes lo que viene a continuación, ¿Verdad?- Bajé la mirada. Las lagrimas empezaron a brotar de mis ojos.-Vamos, no llores, estropearás nuestra última vez.
Volvió a besarme. Lentamente, subió sus manos hasta los tirantes de mi vestido y los bajó hasta los brazos. Desabrochó la cremallera lateral y dejó que la prenda cayera al suelo, rozando mi piel. Me quedé en traje de baño frente a él. Con una mano me quitó la goma del pelo dejando que mi pelo húmedo bajara en cascada hasta la mitad de la espalda; mientras, con la otra empezó a recorrer todas las curvas de mi cuerpo. Me recostó sobre el sofá y siguió besandome. Primero en la boca, luego en el cuello y finalmente en el escote. Suspiré de placer y me resigné. Me haría el amor por última vez y yo no me resistiría. ¿Por qué iba a importarme, si después iba a estar muerta?

domingo, 20 de mayo de 2012

Poisonous cures

Hace ya bastante tiempo que llevo pensando en nuestro "You'll be the poison, you'll be the cure". Cuantísimas veces habremos buscado la cura en el veneno sin darnos cuenta de que el único antídoto estaba lejos de ahí, de todo eso. Pero hay veces que ese veneno es necesario. La sonrisa tonta, arreglarte el pelo, mirarte mil millones de veces en el espejo antes de salir. Nada, así estamos. Ahora es cuando dejo de decir ñoñerias.

Back to the begining.

sábado, 7 de enero de 2012

Todo esto se estaba convirtiendo en el mayor problema de mi existencia. Mi vida flaqueaba por todos lados y los disgustos colmaban un vaso lleno de hacía mucho tiempo. Dos meses. Nada para algunos, un mundo para otros. Cuatro meses. Aun más todavía. Pero puestos a hablar de tiempo, empezé a pensar en el transcurso de los últimos meses y de como habían acontecido las cosas desde ese dia. Mi comportamiento había cambiado radicalmente. ¿El suyo? Algo. No mucho, pero si se notaban ciertas diferencias. ¿Para bien? Eso habria que comprobarlo. El empeño de los demás por demostrar la certeza de su "encaprichamiento" estaba llegando a tornarse molesto. ¿Mis respuestas? No, no digas eso. No, no puede ser. ¿Mis sentimientos? Dudas, miedo y sobre todo incentidumbre e impaciencia. Debian pasar dias, meses, hasta volver a saber. Hasta tener algun tipo de señal o indicio de la respuesta a todas las incognitas que poblaban mi cabeza. Me levanté de la cama y me deshice del camisón con un rápido movimiento hasta quedarme en ropa interior. Hacía demasiado calor. Fui a la cocina y bebí un vaso de agua. Volví a mi habitación. Me senté en el escritorio y empecé a garabatear en un cuaderno pequeño con un rotulador morado. Mi cabeza iba de una imagen a otra. Sin quererlo recordé algunos momentos nuestros, solo nuestros. Besos robados cuando él se despistaba, caricias en un banco, dulces animalitos de gominola compartidos entre nuestras bocas o miradas furtivas cuando estabamos con mis amigos. Momentos que nunca se iban a poder retirar de mi cabeza. Me di cuenta de que era el momento de hacer algo, que todo estaba pasando otra vez. Me levanté y fui a la cocina de nuevo. Tenía hambre asique empecé a rebuscar en la nevera. Cogí un plato con cerezas y volví a la habitación. Me acerqué a la mesa de estudio y al cuaderno. En una de las esquinas me encontré garabateadas unas palabras, que eran de lo poco legible de toda la hoja. "Podrias hacer algo por volver".